La ansiedad es un sentimiento de malestar que generalmente provoca una sensación de aprensión, tensión y anticipación de escenarios de riesgo que pueden ser poco realistas. También se manifiesta físicamente, de acuerdo con la psiquiatra Gabriela Bezerra.
En la mayoría de las personas la ansiedad es una respuesta a situaciones de amenaza o incertidumbre y puede volverse más intensa o muy frecuente. Cuando es excesivo, resulta en trastornos mentales y provocando náuseas, dificultad para respirar, pérdida del apetito, insomnio, mareo, sudoración, cansancio, taquicardias, incapacidad de socializar o salir de casa.
Según la BBC, los investigadores todavía no están seguros de qué es lo que la ocasiona. No obstante, han hallado parámetros sobre «cuándo buscar ayuda, los desencadenantes más comunes, tratamientos y el fuerte vínculo entre los trastornos de ansiedad y otras enfermedades», explica el sitio.
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¿Cómo diferenciarla de la depresión?
Ambos padecimientos paralizan al individuo, restándole energía y arrebatándole el entusiasmo por las actividades que antes disfrutaba. Los especialistas señalan que una persona con ansiedad está en riesgo de depresión y viceversa.
Entre los síntomas propios de la depresión están los sentimientos de culpa e ideas relacionadas con la muerte y el suicidio. Mientras que en la ansiedad la persona presenta preocupación y un miedo patológico que causa síntomas físicos.
En ambos casos, hablar con una persona de confianza o buscar ayuda con un especialista puede ayudar a quien la está padeciendo. Por eso, si reconoces tener alguno de los signos anteriores, te invitamos a asistir a la Universal. Ahí encontrarás a una persona capacitada para orientarte.
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(*) La asistencia espiritual no sustituye los cuidados médicos. Será el tipo de trastorno, su origen y el modo de ser de la persona los que configurarán la manera de orientar, en cada caso.
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