«Y la Tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas. Entonces dijo Dios: SEA LA LUZ. Y HUBO LUZ.»
Génesis 1:2-3
Extraído del blog del Obispo Macedo
Medita también en este mensaje: OVEJAS EN MEDIO DE LOS LOBOS. ¿CÓMO SOBREVIVIR SIN LA DIRECCIÓN DEL ESPÍRITU DE LA VERDAD?