No solo afecta su cuerpo. También puede perjudicar su Salvación
Uno de los mayores placeres del ser humano es comer. Tanto así que en Brasil incluso existe el Día de la Gula, que se celebró el pasado 26 de enero. Pero, a diferencia de lo que usted puede imaginar, la fecha no es conmemorada para estimular a las personas a comer descontroladamente.
En realidad, la intención es alertar sobre las causas y riesgos del desequilibrio en la alimentación. Las razones de este problema pueden ser varias: compulsión alimenticia, comer como una compensación porque se está solo o incompleto en un área de la vida, problemas psicológicos o físicos.
El resultado es la aparición de enfermedades como el aumento del colesterol, diabetes, problemas cardiacos, respiratorios, obesidad, entre otros. Esta última, incluso, ya es considerada uno de los principales problemas de salud pública en el mundo.
Se estima que en 2025, alrededor de 2.3 mil millones de adultos tendrán sobrepeso y más de 700 millones, obesidad. El número de niños con sobrepeso y obesidad en el mundo podría llegar a 75 millones, en caso de que no se haga nada.
Efectos en el alma
Comer sin control acarrea una serie de problemas, como leyó arriba y tal vez ya lo sabía. No es en vano que la Biblia, desde hace milenios, ya advertía que es necesario tener moderación en todo (lea Eclesiastés 7:16-17), incluso comer.
Además de eso, la glotonería es considerada una de las obras de la carne y «los que practican tales cosas no heredarán el Reino de Dios» (Gálatas 5:21). Por lo tanto, es algo que también perjudica la salvación.
Por otro lado, el equilibrio (o dominio propio) es un fruto del Espíritu, presente en los que le entregaron sus vidas al Señor Jesús y buscaron este bautismo con todas sus fuerzas (lea Gálatas 5:19-23).
Solo con el Espíritu Santo es posible vencer las obras de la carne y mantenerse firme en el camino de la fe.
Participe en las reuniones que se llevan a cabo los miércoles y domingos en todas las Universal para buscar al Espíritu de Dios.
Si usted reside en la Ciudad de México, acuda al Templo de los Milagros, que se ubica en Av. Revolución, núm. 253, col. Tacubaya.