Redentor

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«De todo mal camino contuve mis pies, para guardar Tu Palabra» (Salmos 119:101).

Las ofertas del mundo son muchas. Las evito, sacrifico mis deseos, por más que sean atractivas delante de mis ojos. Lo hago para no ser apartada de mi Redentor y no dejar de escuchar Su Voz guiándome por el camino.

Por Ester Bezerra

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