Reconstruye tu vida amorosa

Social Media
4 Min Read
Masked young woman expressing different emotions

Si construir algo, en cualquier área de la vida, exige de nosotros mucha determinación y empeño, reconstruir requiere un esfuerzo y una perseverancia aún mayores.

Esto se debe a que, cuando nos encontramos con algo que construimos con tanto amor y dedicación en ruinas, nos sentimos impotentes y dicha sensación de fracaso y los deseos de desistir y tirar todo por la borda invaden nuestro ser.

Tal vez, así es como te estás sintiendo en relación a tu vida amorosa. Aunque digas que tu vida se centra en la fe y la confianza en Dios, cuando se trata de luchar por tu matrimonio que está arruinado, no puedes creer que sea posible reconstruirlo.

No obstante, la fe y el ánimo son compañeros inseparables.

Por eso, en la Terapia del Amor, podrás llevar a cabo la reconstrucción de tu vida amorosa. En esta reunión, te enseñaremos a usar la fe y a conseguir la disposición necesaria para restaurar tu interior, reconstruir tu autoestima, recuperar tu amor propio y transformar tu relación.

Tan solo cree que lo aparentemente imposible va a suceder. ¡Te esperamos!

 

Sé la fan número uno de tu marido

 

Es muy común pensar que si uno como mujer elogia su marido, su ego va a ultrapasar el techo, él se volverá arrogante y autosuficiente. Muchas, incluso, lo admiran, pero prefieren callárselo.

Entendamos algo: el hombre siempre está corriendo tras una conquista, por eso tu papel a su lado es muy importante. Cuando la mujer se convierte en la fan número uno de su marido, también gana, y mucho.  Es como en un partido de fútbol; si él mete el gol, correrá inmediatamente a tus brazos para celebrarlo.

Si apoyas a tu marido en sus logros y en sus derrotas, ten por seguro que nunca te abandonará. A menos que sea muy ignorante para hacerlo.

 

“Dios me ayudó a salvar mi matrimonio”

 

Carlos de la Rosa

Antes de conocer a Dios, tuve problemas de adicción, esto hizo sufrir a mi esposa y a mis hijas porque les tocó ver el tipo de vida que llevaba. No lograba darme cuenta que les hacía daño hasta que mi mujer me dijo que si no cambiaba, la separación sería inevitable y mis hijas me dijeron que preferían no tenerme a su lado, pues mi presencia las afectaba más.

Mi suegra ya participaba en el Centro de Ayuda Universal y al ver nuestra situación, oró para que un día también nos pudiéramos acercar a Dios. Fue un proceso, pero gracias a eso, comenzamos a participar y fue así que supimos de la Terapia del Amor, donde ambos sanamos las heridas internas y luchamos para salvar nuestro matrimonio.

Al poco tiempo, supimos que se realizaría la Celebración de los Matrimonios, le propuse a mi esposa que renováramos nuestros votos y ella accedió.

Hoy en día, en mi hogar hay amor, compromiso y felicidad. Además, me siento bien con Dios, con mi familia y conmigo mismo”.

 

Quizá te interese: ¿El cristiano puede coquetear?

Share This Article