«La especialista me dijo que los miomas eran muy grandes. Tenía dolor, hemorragias y sentía una bola en el vientre. Tomaba remedios para controlar el sangrado, pero no me ayudaban. Mi corazón latía rápido y, debido a la anemia, estaba pálida y me sentía muy débil. El especialista me advirtió que, si no recibía una transfusión, podría sufrir un infarto en cualquier momento. Derivado de esa situación, estuve un mes en cama, sin comer ni dormir bien.
Además de los problemas de salud, tras el fallecimiento de mi esposo caí en una profunda depresión. El dolor era tan grande que ya no quería vivir y tuve pensamientos suicidas. Cuando sentía que ya no podía más, vi el programa de TV de la Universal y por lo que escuché, nació en mí una indignación contra todo lo que estaba enfrentando y le pedía ayuda a Dios. Al siguiente día acudí con mi hermana y me desahogué durante la oración. Escuchando la Palabra usé mi fe creyendo que había una solución.
Poco a poco, empecé a sentirme diferente: la tristeza se fue, recuperé las fuerzas, el apetito y pude volver a dormir. Todo lo malo que dominaba mi mente ya no me afectaba. Con el tiempo, el sangrado se detuvo y la masa en el vientre desapareció.
Hoy vivo feliz y puedo compartir que Dios tiene el poder de sanar por completo, pero eso es posible cuando uno decide no rendirse ante las adversidades.» -Guadalupe Velázquez
Casos Imposibles
¿Tienes una causa en la justicia sin solución? ¿Te han dicho que para tu situación no hay salida? ¿Los problemas que te rodean parecen imposibles de vencer?
Entonces, participa todos los sábados en la reunión del Ayuno de los Casos Imposibles. Te esperamos, especialmente a las 7:30 a. m., en el Templo de los Milagros, ubicado en Avenida Revolución núm. 253, col. Tacubaya, en la Ciudad de México. O en la Universal más cercana a tu domicilio.
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(*) La Universal aclara que todos los conceptos emitidos en este sitio web, así como la programación de radio y de televisión, son cuestiones de fe, en modo alguno deben ser interpretados como elementos con atribuciones terapéuticas, sin demérito de la medicina, ni de quienes la practican. NO DEJES DE CONSULTAR A TU MÉDICO.