«Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.» (Mateo 7:7-8)
Dios se complace en bendecir a los que creen en Él. Sin embargo, es necesario desear conocerlo y luego buscar Su presencia. Cuando eso sucede, Él se deja encontrar y establece Su morada en el corazón de los que le aman.
Por: Ester Bezerra