La joven que tuvo un coma alcohólico lucha contra las secuelas y alerta a otros jóvenes
Clara Chaperon, una estudiante de la pequeña ciudad de Rimouski, situada al este de Canadá, “celebró” recientemente sus 18 años de una manera nada festiva.
La noche anterior a su cumpleaños, Clara bebió tanto con sus amigos que se sintió mal cuando caminaba con ellos de regreso a casa. “No lograba ni caminar ni hablar, me detuve en una banca de un parque mientras todos se fueron a una cafetería y solo un amigo se quedó conmigo. Sentía un dolor extremo cruzando mi pecho, caí al piso y perdí la consciencia”, contó.
Su acompañante llamó a una ambulancia. “Si yo hubiera estado sola en aquel momento, honestamente ni sé lo que habría sucedido conmigo”, recuerda.
Clara entró en un coma alcohólico durante más de 10 horas y estuvo 18 días en el hospital. En ese periodo tuvo convulsiones en tres ocasiones.
El coma por consumo de alcohol era desconocido por la joven. “Ni imaginaba que eso pudiera suceder. No soy de beber mucho, creía que cosas así solo sucedían con los demás y ni siquiera sabía que el coma etílico deja secuelas”.
Según los médicos, Clara puede desarrollar epilepsia a causa de los daños causados en el cerebro. Además de eso, fue víctima de una infección oportunista en la mano y en el antebrazo que aún se está propagando y, por eso, toma antibióticos muy fuertes. “Creí que lo que podría suceder si yo bebía sería vomitar un poco”, dijo.
La madre de la joven, Isabelle Patry, le dijo al periódico Jornal de Montreal que, además de su propia familia, muchos ignoran el riesgo que corre una persona que se embriaga. “Muchas veces imaginamos que eso solo sucede con quien está inconsciente en un bar y no logra hablar ni caminar. Nada de eso. Puede suceder cuando la persona ya llegó a casa y se va a su cama, sola, sin que nadie lo note ni pueda prestarle auxilio”.
Después del gran susto que dejó marcas que tal vez tenga que cargar por el resto de la vida, Clara publicó en Facebook un texto en el cual agradece a los que la ayudaron en el rescate y en el hospital, cuenta lo que ocurrió y alerta a otros jóvenes. “Pasé el día en el que cumplí 18 años amarrada a un lecho, lejos de mi familia y amigos. Nada valió la pena. Amo la vida, aún tengo mucho que ver y te aconsejo la misma cosa. No intentes imitar a las personas cercanas que beben. No dejes que la bebida decida tu destino, por favor”, instó.
