«Cuando toqué fondo, recordé las invitaciones de mis papás para ir a la Universal… Ya había sufrido por el maltrato verbal de mi expareja y lo que eso trajo: depresión y alcohol. Incluso, aunque hui a otro estado del país, el alcoholismo empeoró. Mis padres, desesperados, buscaron ayuda en curanderos, pero nada me daba paz: tenía pesadillas, no dormía, evitaba bañarme y comer, perdía trabajos, practicaba el cutting e incluso intenté quitarme la vida.
Una noche decidí ir a este lugar, dispuesto a escuchar y obedecer a Dios. Con el tiempo, pude dormir, y también vencí los vicios y la depresión. En medio de ese proceso, oí sobre el Espíritu Santo, y anhelé tenerlo. Entendí que para eso debía entregar mi antigua vida. No fue fácil, pero ahora que el Señor habita en mí, puedo decir que solo Él puede consolarnos y darnos fuerzas para seguir.
Sin embargo, lo que Dios hizo no se limita ahí. Tras trabajar en una empresa, puse un negocio que prospera día con día; ahora, en una semana gano lo que antes ganaba en un mes. Él también bendijo mi vida amorosa: hoy estoy casado con una muy buena mujer. Y todo comenzó el día en que decidí acercarme a Dios.» -Carlos Rivera
Aprovecha esta invitación
No te pierdas esta reunión especial. Todos los miércoles, fortalece tu alma y tu espíritu con el banquete espiritual que tendremos este día, pues sin duda, al usar tu fe, saldrás lleno de la presencia de Dios.
Te esperamos especialmente a las 7 p. m., en Av. Revolución # 253, col. Tacubaya, alc. Miguel Hidalgo, CDMX. O en la Universal más cercana.
