Lucifer ya hizo su elección. ¿Y usted?
Las vanidades son los deseos del corazón. No es posible conciliar nuestra voluntad con la voluntad de Dios. O dejaremos de servirle o dejaremos de servirnos a nosotros mismos.
Las vanidades también promueven elogios, admiración, loor, respeto.
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Las vanidades son frutos de la gloria de este mundo.
El Señor Jesús dijo que debemos elegir en qué mundo queremos vivir… este, lleno de vanidades, o el Suyo, en el que no hay lugar para la vanidad.
Lucifer ya hizo su elección. ¿Y usted?