Hogar y pleitos; pésima combinación

Especialistas de la Guía Infantil hacen hincapié en que los padres que pelean frente a sus hijos pueden asustarlos y causarles mucho daño. Entre las consecuencias están que los niños se culpen por ello y sientan tristeza. Así sucedió con Jazmín Buenrostro cuando era una niña.

«Al ver las carencias y a mis padres discutiendo, desarrollé depresión infantil. Me aislaba e incluso pensé en el suicidio. Ante tantas dificultades, mi mamá decidió ir a la Universal y la acompañé. Conforme escuchaba la Palabra de Dios, ella entendió que el primer paso para la reconstrucción de nuestra familia era perdonar, y empezó a usar la fe.

Perseverando, la transformación ocurrió: la relación de mis padres cambió y se fue la depresión; esto último me motivó a luchar por mí; terminé mi carrera profesional con éxito y Dios me bendijo con un buen matrimonio, sé que es para toda la vida.

Es muy bueno participar en la Terapia del Amor, yo acudo desde antes de casarme y sigo aprendiendo cómo cuidar mi vida matrimonial», contó.

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