Esta puede hacer que sucedan maravillas en su presente
La Palabra de Dios dice:
“La voz del Señor es poderosa, la voz del Señor es majestuosa” (Salmos 29:4).
Esto quiere decir que solo con una palabra, el Altísimo es capaz de transformar completamente cualquier situación. Con toda seguridad, Su voz rompe los grilletes de la muerte, destruye cualquier barrera y libera a cualquier persona.
Por ejemplo, en la creación, Dios dijo: “Sea la luz” (Génesis 1:3). Y hubo luz. El Señor también llevó al profeta al valle de huesos secos y mandó que profetizara en Su nombre. Él obedeció y, como resultado, los huesos empezaron a moverse (Ezequiel 37). Jesús habló con la higuera y esta se secó (Mateo 21:19).
¿A quién oye?
A pesar de tener acceso a ese poder extraordinario por medio de la fe, muchos prefieren escuchar los consejos de otras personas, y no los de Dios.
“Usted escucha a su padre, su madre, amigos, marido, etc., que también están llenos de problemas. Haciendo eso, usted se apoya en su debilidad y resulta perjudicado, inevitablemente”, afirmó el obispo Edir Macedo.
Esto sucede porque la dirección de Dios implica sacrificio, renuncia, y muchos no están dispuestos a eso.
“Dios dio la vida de Su hijo a cambio de la suya, pero, para tener alianza con Él, usted tiene que entregarse, obedecerlo. Quien hace de Él el primero, tiene una vida diferente. Los que creen, ven maravillas suceder en sus vidas”, dijo el obispo.
Quizá usted sea como el valle de huesos secos. Sus pedazos están esparcidos, su vida está destruida, nada funciona para usted. Pero cuando oye la voz del Señor, él hará que sus huesos secos se junten y, si usted continúa oyéndolo, será lleno de Su Espíritu.
Este domingo, no
falte
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