«De Ti proceden la riqueza y el honor; Tú reinas sobre todo y en Tu mano están el poder y la fortaleza, y en Tu mano está engrandecer y fortalecer a todos.» (1 Crónicas 29:12)
Porque Dios es bueno y, en Su plenitud, el acto de dar fluye naturalmente hacia Sus criaturas. Él concede ricas bendiciones, engrandece en gran manera, perdona y da salvación. Todo esto está verdaderamente en Su grandeza y poder.