«Creí que la marihuana no saldría de mi vida» 

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«Desde muy joven consumía marihuana y alcohol para intentar llenar un vacío. Al crecer, llevé los vicios a mi matrimonio, me transformaba en otra persona y peleaba con mi esposa. Un día ella enfermó de ansiedad y pánico, le mandaron pastillas de por vida. Yo gastaba el dinero en vicios, y a veces no teníamos para comer. Me desesperaba ver a mi esposa enferma, tenía que comprar medicina y comida para mis hijos, pero seguía refugiándome en las drogas, creí que siempre usaría la marihuana. 

Pero, cuando llegamos a la Universal, escuché que el Espíritu Santo transformaba vidas y sentí la necesidad de conocer de Él. Entonces comprendí que tenía que entregarle mi vida a Dios. Él me pidió alejarme de quienes me inducían al vicio; fue un proceso difícil, pero me ayudó mientras meditaba en Su Palabra. De esta manera, subí al Altar y Le entregué mi vida a Dios. Al bajar, tuve la certeza de que Él estaba conmigo porque sentí la paz que venía de Su Espíritu.  

En ese instante tuve amor por las personas, me volví paciente y recibí fuerzas para dejar los vicios. La respuesta vino del Altar y hoy todo es diferente, mi esposa es libre de enfermedades y, siendo fiel a Dios, logré pagar una deuda de 500 mil pesos, abrimos un negocio de compra y venta de aguacate, tengo una empresa de vehículos y mi esposa tiene un restaurante de mariscos. Somos una familia que se respeta y se ama. Cuando hay luchas, el Espíritu de Dios nos guía para salir adelante. Aunque hay negocios como el mío, Él me da muchos clientes. Si hay algo que tengo claro es que mis negocios son Suyos. 

Mi presente refleja que hay salida para todos los problemas, que hay un Dios vivo que transforma cuando uno se entrega totalmente a Él. Tener Su Espíritu es la mayor bendición, si no fuera por Él, volveríamos a caer.» – Jesús Valdivia 

Aprovecha esta invitación

No te pierdas esta reunión especial. Fortalece tu alma y tu espíritu con el banquete espiritual que tendremos este día, pues sin duda, al usar tu fe, saldrás lleno de la presencia de Dios.

Te esperamos especialmente a las 7 p. m. en Av. Revolución # 253, col. Tacubaya, alc. Miguel Hidalgo, CDMX. O en la Universal más cercana.

Continúa con: «Incluso embarazada quise terminar con mi vida» 

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