Este domingo, tú eres nuestro invitado…
La fe es la fuerza que sostiene al ser humano en momentos en los que el dolor del luto parece insoportable. Cuando la pérdida de un ser querido sacude el corazón, ninguna palabra parece suficiente para llenar el vacío. Y en ese punto, muchos se preguntan: ¿cómo seguir adelante?
La verdad es que nadie nace preparado para lidiar con el luto. La despedida forma parte de la vida terrenal, pero nunca deja de herirnos. Aun así, Dios no nos deja solos en ese dolor.
El consuelo que viene de lo Alto
La Biblia llama Consolador al Espíritu Santo, porque Él es el único capaz de tocar el corazón humano en su parte más sensible: el alma.
Mientras que el tiempo intenta amenizar la salud, el Espíritu Santo hace algo más profundo, la sana. Él transforma el dolor en recuerdos de amor y la tristeza en paz interior.
Cuando alguien permite que Dios ocupe el espacio dejado por la ausencia, el luto deja de ser un final para ser un camino de reencuentro con la fe.
La eternidad que le da sentido a la vida
El ser humano fue creado para la eternidad. Por eso, dentro de cada persona existe el deseo de continuar, de reencontrarse y de vivir para siempre. La muerte entró en el mundo a causa del pecado, pero Dios prometió dar una vida nueva a los que creen en Él.
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Esa promesa es la que renueva la esperanza de quien confía en Cristo: la seguridad de que la separación es temporal y que, un día, todos los que hayan sido salvos estarán juntos nuevamente.
Una invitación a la entrega
Si la nostalgia ha pesado en tu corazón, habla con Dios. Pídele al Espíritu Santo que consuele tu alma. Él conoce el dolor que nadie más ve y sabe exactamente lo que necesitas escuchar. Dedica algunos minutos para hacer una oración, agradece por los momentos vividos y entrega en las manos de Dios lo que no puedes cambiar. Él transformará el peso de la pérdida en ligereza espiritual.
Busca la paz
Este domingo 2 de noviembre estás invitado a participar en la reunión especial que se llevará a cabo, especialmente a las 10 a. m., en el Templo de los Milagros: Av. Revolución # 253, col. Tacubaya, CDMX. Ohaz clic aquí para conocer la dirección de la Universal más cercana a tu hogar.
Será un momento de reflexión, fe y consuelo para todos los que desean encontrar la paz ante la nostalgia. Porque cuando el Espíritu Santo habita en ti, hasta el dolor del luto se transforma en la certeza de que el amor y la fe vencen la muerte.
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