«Por eso pues, ahora, dice el Señor, convertíos a Mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos al Señor vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo.» Joel 2:12-13
Extraído del blog del Obispo Macedo
Medita también en este mensaje: LA ORACIÓN QUE AGRADA A DIOS INVOLUCRA FERVOR Y SINCERIDAD