«Una mañana me llevaron al hospital por un fuerte dolor de cabeza, no supe nada hasta un mes después que desperté. Durante ese tiempo me tuvieron internada y sedada, me dijeron que había tenido un derrame cerebral; perdí la memoria, no recordaba a mi marido.
El especialista explicó que todo se debía a una malformación en el cerebro y que necesitaba una operación de alto riesgo, pero si no la realizaban podría sufrir muerte cerebral. No obstante, el procedimiento se pospuso y me dieron de alta. Me indicaron que debía tomar remedios de por vida, pero, si se me olvidaba hacerlo, sufría convulsiones.
Conforme iba entendiendo lo que pasaba, no acepté esa situación y comencé a usar mi fe participando en las reuniones de la Universal, decía: “si Jesús está aquí, Él me tiene que sanar. Quiero recuperar mi vida”. Todos los días oraba creyendo en mi sanidad pues, aunque mi caso parecía imposible, para Él sí había solución. Al obedecer la Palabra de Dios tuve la certeza de que todo estaría bien.
Cuando volví al hospital para realizarme la cirugía, me hicieron nuevos estudios, y los resultados mostraron que ya no tenía nada. Mi cerebro estaba completamente limpio. Sin duda, solo con Su presencia pude superar esta adversidad.» -Leticia Ramírez
Casos Imposibles
¿Tienes una causa en la justicia sin solución? ¿Te han dicho que para tu situación no hay salida? ¿Los problemas que te rodean parecen imposibles de vencer?
Entonces, participa todos los sábados en la reunión del Ayuno de los Casos Imposibles. Te esperamos, especialmente a las 7:30 a. m., en el Templo de los Milagros, ubicado en Avenida Revolución núm. 253, col. Tacubaya, en la Ciudad de México. O en la Universal más cercana a tu domicilio.
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