Desde hace décadas, millones de personas han buscado en la televisión, informerciales, revistas y ahora en redes sociales cómo bajar 10 kilos en siete días, por ejemplo, ¿no es así?
Sin embargo, las autoridades de la salud han aclarado constantemente que remedios y dietas milagrosas son buenas para la salud. Pero ¿por qué?
Normalmente, las dietas de este tipo «proponen pautas de alimentación que normalmente el médico o el nutriólogo no te recomendarían. Estas dietas comúnmente tienen modificaciones en la cantidad de calorías, pero muchas veces esa reducción se considera poco saludable, incluso por debajo de las cantidades que necesita nuestro cuerpo para realizar sus actividades vitales, es decir, alrededor de 800 kilocalorías por día», informa una nota de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Perder peso no se logra mágicamente, o de un día a otro. Y si se logra por medio de estas dietas, es porque se pierden nutrientes o agua, y no precisamente grasa. Además, una de las consecuencias es caer en el efecto rebote, ya que el cuerpo busca equilibrar y recuperar lo perdido, de manera que el metabolismo resulta y se ve afectado.
«A veces queremos perder todo el peso que hemos acumulado en años en tan solo dos meses, por lo que se llevan a cabo dietas por uno o dos meses, y terminado ese tiempo se regresa a los hábitos alimenticios de antes. Si no existe un cambio verdadero y permanente, el rebote será algo inevitable», afirma la nota.
Entonces, ¿qué puedes hacer? lo recomendable es acudir con un especialista en nutrición y seguir sus indicaciones, para que no pierdas las proteínas necesarias para tu cuerpo. Además, un nutriólogo no te prohíbe alimentos, sino que te orienta a consumir las porciones adecuadas según tu necesidad metabólica.
«La dieta ideal es aquella que es eficaz para la pérdida de peso de manera segura y sostenible, que nos permite mantener ese peso a largo plazo y que nos ayuda a reducir la probabilidad de sufrir otras enfermedades.», finaliza.
