«Casi me han echado por tierra, pero no he dejado Tus Mandamientos» (Salmos 119:87).
Cuando guardamos los preceptos de Dios, Él nos protege de todos los ataques del mal. La obediencia a Su Palabra es nuestra seguridad.
Por Ester Bezerra
«Casi me han echado por tierra, pero no he dejado Tus Mandamientos» (Salmos 119:87).
Cuando guardamos los preceptos de Dios, Él nos protege de todos los ataques del mal. La obediencia a Su Palabra es nuestra seguridad.
Por Ester Bezerra
Sign in to your account