“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia. ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio” (Mateo 23:25-26).
Los escribas y fariseos presentan una vida santa solo en el exterior, pero sus vidas, en lo profundo, en el interior, están corrompidas de malicia. Por eso, Jesús enfatizó que es necesario limpiar primero el interior, dejando el orgullo, la vanidad, y valorar la santidad, la justicia y la pureza del alma ante Él.