«¡Los vientos son Tus mensajeros! ¡Las llamas de fuego están a Tu servicio!» (Salmos 104:4 – RVC)
El fuego está presente como símbolo de la presencia de Dios en distintos pasajes de las Escrituras Sagradas, ya sea consumiendo la ofrenda de Abel, como una zarza ardiente, una columna de fuego, un carbón encendido o como lenguas de fuego, en todos esos ejemplos Dios se manifestó en la vida de Sus elegidos.
El fuego del Espíritu no desciende por casualidad, siempre lo hace con un propósito, siendo el principal objetivo recibir la mayor promesa de Dios: el Espíritu Santo como garantía de la salvación y, al mismo tiempo, cumplir con la mayor misión al ser Su testimonio en esta tierra proclamando el Evangelio.
«… pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes; y serán Mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra». (Hechos 1:8).
Ser testigos de Jesús no es apenas serlo a través de lo que se hace, sino sobre todo a través de lo que se es, y la persona siempre se mantiene humilde y rendida ante el Altísimo, pues reconoce que Él es Dios y sin Su presencia nada podemos hacer.
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Sin embargo, para tener ese fuego, es necesario tomar la decisión de entregarse con sinceridad y de todo su corazón. Y, cuando eso sucede, la persona es llena del Espíritu de Dios y todas las dudas son disipadas, pues ahora la persona tiene la seguridad total de que Dios está con ella, inundándola con paz en su alma.
Una noche inolvidable
Este miércoles 31 de julio, durante la Velada del Fuego, se estará determinando que las personas sean llenas del fuego del Espíritu de Dios. Y el Señor te está convocando, sin importar quien fuiste o quien seas porque Dios no hace a un lado a nadie.
Quizás llevas tiempo buscando ser bautizado(a) con el Espíritu Santo y, como aún no lo recibes, dudas que esta pueda ser la ocasión, no obstante, Sus promesas no están sujetas a quién eres o a tus obras, sino a tu entrega, queriendo agradarle y ser Su testimonio en todo lugar.
«Jesús le dijo: “¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios?”.» (Juan 11:40).
«Después que oraron, el lugar donde estaban reunidos tembló, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban la palabra de Dios con valor.» (Hechos 4:31).
Entonces prepárate para esta gran noche, ya que será el cierre de los dos propósitos especiales que estuvimos viviendo los últimos días: los 10 Días de la Transformación Total y el Ayuno de Daniel. ¡No te lo pierdas!
Te esperamos a las 7 p. m. en el Templo de los Milagros: Av. Revolución # 253, col. Tacubaya, CDMX. O en la Universal más cercana.
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